Argentina atraviesa la peor recesión de la última década
Los números continúan en rojo y 2018 registró una marca muy negativa, pues se estableció una caída del 2,6 por ciento durante el año, según datos expuestos por el INDEC, lo que evidencia a la actual recesión como la más pronunciada desde el 2009, cuando se empezaban a notar los inconvenientes de la gran crisis económica global.
Los datos estipulados corroboran los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, cuando realizó los análisis pertinentes al momento de desembolsar los préstamos al gobierno de Mauricio Macri.
Sin embargo, esas cifras están lejos de los planeado por el Ejecutivo. ¿Por qué? De acuerdo a la ley de presupuestos, el nivel de actividad tenía que mostrar un crecimiento del 3,5 por ciento, el más importante de toda la era Cambiemos. E incluso hace tan solo un mes, en el Foro Económico Mundial de Davos, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, seguía insistiendo con que, dado el panorama, la merma general encontraría un tope en el 2 por ciento. No fue así, y las dificultades se vislumbran en todos los rubros.
Así la situación, la calma cambiaria, post devaluación de grandes dimensiones, no es suficiente para reactivar una economía que no halla piso y se encamina a su cuarto trimestre consecutivo en recesión, una dificultad mayúscula.
Problemas
Las piezas claves de ese andamiaje complejo están, especialmente, en la tasa de interés que no baja del 50 por ciento, pues apenas se quiso reducir sus niveles, hubo una breve corrida hacia el dólar. En ese sentido, el rebote que se pronostica rumbo a las elecciones presidenciales, para encontrar un colchón que permita ganar al oficialismo, no se resalta.
Los números, por lo pronto, son elocuentes: la recesión no frena y en diciembre alcanzó un recorte sustancial del 7 por ciento, el segundo más alto de todo el ciclo al mando de Macri. Las contracciones más destacadas se dieron en el Comercio con un desplome del 15,7 por ciento, y la Industria Manufacturera (-14,2 por ciento), con el agravante que a su vez son las dos actividades de mayor incidencia en el conjunto de la economía.